Este fenómeno, que los locales llaman "subida de nieblas", es un espectáculo digno de un poco de paciencia y tiempo. Empieza abajo en el mar, con una pequeña porción que se va adentrando por los huecos de la rambla y los barrancos. Sube lentamente, como pidiendo permiso a las laderas, sin prisas, desparramando su blanco algodón con lentitud y firmeza. Te va invadiendo con la sensación de que te quedas por encima, entre las nubes y el cielo.La verdad, es que el espectáculo termina cuando la propia nube te invade y te oscurece, sometiéndote al gris de su abrazo frío e inhóspito.
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