Ayer no escribí nada, estuve ocupado todo el día. Solo tuve un poco de tiempo para sembrar unos claveles, ir a Cádiar para repostar gasolina, ya que me marcó la reserva hace dos días.
Por la tarde me acerque con Antonio y Amparo a Órgiva, (funeral de Andres, que en paz descanse), padre de José Bonilla, yerno de Antonio. Carmen descansaba, pues había tenido guardia de 24 horas en Albuñol.
Tenia preparada una fotografía del "cerro redondo" la viña de Luis de Inés. Desde hace dos o tres años, pienso en tomar fotos en las cuatro estaciones, así se podrá apreciar la evolución y el cambio que experimenta la viña durante todo el año. Hoy pondré la de invierno, creo que es la menos agraciada, pero el invierno deja las viñas como desoladas. Solo viven de tierra adentro. Ya vendrá la el verano y el otoño, que es cuando la viña luce sus colores. Al fondo como referencia, se ve el Cerrajón de Murtas.
Roxeta sigue con el tobillo mal, no se le cura, a pesar del tratamiento que le ha puesto Antonio. Le limpiamos la herida con agua hervida con unas hojas de "berdelobo", una planta que se utiliza desde antaño para desinfectar y limpiar las heridas de los equinos con bastante efectividad. Pero sigue la infección, tendremos que actuar con antibióticos y vendando la herida después de aplicar, alguna crema que cure de una vez la pequeña herida.
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