domingo, 16 de noviembre de 2008

Algunas fotos.


El día 12 vinieron unos amigos a pasar el día con nosotros y hacer algunas fotos y un vídeo, bueno mas que un vídeo, ya que son profesionales y Alejandro "el jefe", me dijo que con lo que habían rodado saldría algo digno y presentable. Me lo creo, porque me dio muy buena impresión, pero me pasa como a los indios del viejo Oeste, que creían que les robaban el espíritu cuando les hacían una película o fotografía. Siento mucho pudor, por lo tanto, creo que pierdo la naturalidad y la espontaneidad que se puede tener cuando uno está "agusto" con gente con la que merece la pena conversar y estar intercambiando ideas y experiencias. Vamos que las máquinas de fotos y de vídeo, me dan un poco de "repeluz".
Andrés, (9 o 10 años), venia en el grupo, acompañaba a su padre, me pareció un niño muy despierto y muy observador, parecía que no estaba, pero lo observaba todo y lo preguntaba todo, como queriendo conocer. Hizo una fotos con su teléfono móvil. Cuando me las enseñó me gustaron muchísimo, no solo el encuadre, también la oportunidad al captar las imágenes, también el tema. Me ha mandado varias me gustan bastante a pesar de estar hechas con el móvil, he elegido dos, que me han llamado mucho la atención. Una de Julieta de perfil. La otra de Chispa en mis brazos. Las comparto, pero que conste que están hechas por el niño Andrés Ochoa, con su móvil. Gracias Andrés.
Buen día hoy, parecía de primavera, de hecho las hierbas del ruedo están subiendo con la misma intensidad que en primavera. Las acelgas, los cardos, las collejas, en fin que la naturaleza está hecha un lío. La Julieta, precisamente la que sale en la foto, cumplirá los cuatro meses el día 23, pues hoy me ha costado bastante trabajo meterla en el cercado, quería trotar y retozar por el campo , también mordisquear en los tallos de los arboles jóvenes, y claro eso no puede ser, aunque como dice Antonio mi vecino, "el primer podador fue un burro". No lo he consentido y para dentro. Pero me ha costado lo que no se puede contar, jugaba conmigo como si fuera a propósito. Se quedaba quieta y cuando me faltaba un metro, a correr otra vez, en fin que me ha dado una sesión de campo para arriba, campo para abajo, hasta dejarme, bien, pero que bien ejercitado. Por aquí se dice "hecho polvo".

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